Texto inserto en el fotolibro Nombre y forma de Camila Valdés,
"Todo se vuelve negro en este siglo: la fotografía es
como el hábito negro de las cosas".
Edmond y Jules de Goncourt, 4 de junio de 1857
"La fotografía es una herramienta para tratar con
cosas que todos conocen pero a las que nadie presta
atención. Mis fotografías se proponen representar algo que ustedes no ven".
Emmet Gowin
Una caracola muda sangra entre silencio y silencio con los ojos bien cerrados.
Con los ojos bien abiertos, un moretón, la boca bien pintada, su buena barba y una blusa blanca de cuello importante.
Alguien que prefiere pensar con los ojos bien abiertos y anteojos. Atrás, un bote rojo en medio de un mar verde.
En esta foto, la televisión entrega en silencio su buenaventuranza del día: "RICKY MARTIN: SOY GAY Y SOY FELIZ".
Un auto presumiblemente abandonado, de la mano de Dios, la Virgen y los hombres. Tal sospecha se funda en la observación de los siguientes estropicios: patente en mal estado, varias luces raptadas y mensajes inteligibles inscritos en la acumulación de un par de otoños inclementes.
La mirada de alto impacto de un gato que sin duda no es de porcelana.
Hojas de palma que te miran desde lo alto.
Un perrito sonriente con los ojos bien cerrados.
Esplendor de la hierba.
Una mujer mira hacia abajo. Las enormes mangas de su chaleco no permiten ver sus manos. Atrás, un pizarrón verde acaba de borrar desprolijamente lo que parece ser el dibujo de un rostro.
Pseudo naturaleza muerta con perro, lámpara sónica, sofá rojo, ordenador portátil, restos de un equipo de música y un filodendro.
Una escalera y una linterna para ver lo que hay arriba.
Un perrito blanco contempla su reflejo en la ventana mientras reflexiona sobre el devenir del mundo y el paso del tiempo, que parece lo mismo pero no es igual.
Un sofá rojo se descuartiza al sol. Acepta que su final está cerca con la tranquilidad y la hidalguía que solo dan los años.
Un perrito blanco con manchas negras duerme en forma de ovillo.
Paisaje lacustre con boya naranja.
Un perro mira de soslayo mientras, con gran prestancia, da la espalda a lo sublime.
Composición navideña en amarillo.
Un árbol con flores ¿o frutos? rojos.
Niña en una cama recostada con dos perros.
La misma niña sentada en una cama (¿la misma cama?) con tres perros.
Dos perros tomando sol cómodamente en su sofá rojo: uno mira al lente de la cámara, el otro duerme o finge hacerlo para no ser molestado. Atrás, un bosque de cactus enmarca la bella escena doméstica.
Niña con audífonos en un estudio de grabación.
Una niña con dos trenzas y dos gaviotas, una en cada mano.
Camino rural con dos niñas y dos perros.
Paisaje. A la distancia alguien con algunos perros.
Paisaje. A corta distancia: una niña y un perro.
Instante de un galanteo perruno entre la hierba y el pasto seco.
Perro de espaldas esperando a alguien al otro lado de un puente.
Perro en hamaca; la felicidad o algo muy parecido.
Paredes, techos de ladrillo en su hábitat natural.
Un gato negro de espaldas sobre una chaqueta oscura de terciopelo o cotelé mil rayas. A su lado, un gato gris también de espaldas. Al fondo una pieza de ropa gris. Todos sobre una cama que, probablemente, sea su hábitat natural.
Dos perros tomando sol, ambos miran al lente de la cámara con discreta coquetería.
Paisaje lacustre 2: piedras levitando.
La cabeza y las orejas de un perro observan el mundo desde su ventana: una hilera de plantas en macetas y la rama de un árbol con dos pájaros que se esconde a medias tras las susodichas y una persiana.
Las persianas verdes cuelan la luz del sol para que el cuerpo de alguien sin cabeza y dos perros descansen a gusto sobre una cama.
La misma niña enciende un cigarro con una vela; mientras, las mismas persianas verdes tamizan la luz emulando a Vermeer.
Alguien de espalda parece cantar, o bien, respirar entre canto y canto, con gran actitud.
Tres cactus con gran desplante escénico.
Paisaje con luna: el negro, el azul y el violeta del cielo caen sobre el suave perfil de unos arbustos.
Detalle de ramas de un pino u otro tipo de conífera. Pienso en escenas de películas en las que alguien acarrea a duras penas un árbol como este en pleno invierno neoyorquino.
Un señor disfrazado de árbol.
La cara y la cabeza de la misma niña de siempre se asoma en medio del agua. Atrás, una boya naranja.